Se supone que una influencer influye positivamente sobre sus consumiciones, por ese motivo las marcas desean que en su contenido aparezcan sus productos y aumentar así sus ventas. Es publicidad, pero con la garantía de que el estilo de vida de tu influencer favorita vibra con el glamour de ese champú o ese làpiz de labios.
Una contrainfluencer, por el contrario, tiene una influencia negativa sobre los productos que consume o intenta promocionar. Esa persona, por el motivo que sea, no es una persona grata en la mente de las que la siguen. Su manera de ser no se enmarca dentro de los parámetros establecidos por la ley del control de calidad que dirige las decisiones de compra en la vida sus seguidoras.
Existe un poder de atracción que de manera natural hace que las personas sigan a personas que destacan admirablemente. Las seguidoras suelen admirar a sus influencers porque sintonizan con las vibraciones de sus anhelos. Y no hace falta tener muchas seguidoras para darte cuenta de tu poder de influencia sobre las demás. En tu vida, ¿tienes más poder de influencia o de contrainfluencia?
A veces, no es cuestión de cambiar tú para acercarte más a las personas que te rodean. A veces, es cuestión de encontrar a las personas que persiguen tus mismas metas y rodearte de ellas. ¿Y cómo encontrarlas?
Lo primero es silenciar el cacao mental que domina tu presente. ¿Cómo? Respirando tranquila y observando como todos los pensamientos y sentimientos pesados se trasladan a tu barriga y sintiendo como desde allí se disuelven para que la Tierra se los lleve a un lugar mejor.
Lo mejor de detectar y mover esas ilusiones mentales a tu barriga es darte cuenta de que tú no eres esos pensamientos, ni esos sentimientos. Tú eres mucho más grande que ese humo, fruto de cavilaciones constantes sobre pasado y futuro. Ese diálogo interno que te abruma no eres tú. Eso tan sólo es una proyección de ti que se ha bloqueado en bucle durante tu vuelo en piloto automático.
Y ahora planteate las siguientes preguntas: ¿Vives en piloto automático o vives en el directo de tu vida? ¿Estás presente, despierta y atenta mientras se desarrolla tu vida contigo y ante ti? ¿Te has sentido alguna vez el espíritu que habita tu cuerpo sobre la Tierra? ¿Quieres sentir quién realmente eres?
Si quieres sentir tu propio ser esencial, te invito a encontrar un lugar tranquilo para realizar el siguiente ejercicio:
Respira, ponte cómoda y tómate el tiempo que sea necesario para notar y sentirte por dentro, desde la punta de los dedos de los pies hasta la yema de los dedos de tus manos, pasando por todos tus miembros, barriga, pecho y cuello—la cabeza mejor la déjamos fuera… Relájate, sin prisa, recorriendo cada célula por dentro hasta que que sientas esa vibración de vida por todo tu cuerpo físico. Si encuentras algun bloqueo, ubícalo, llevalo a tu barriga, observálo desde arriba y date cuenta de que disolverlo es sencillo. Date amor, comprensión, compasión, paciencia y cariño. Tú eres tu bebé. Tú eres tu propia madre y padre. Cuídate, mímate y deja que el dolor se vaya ante la luz de tu ser interior. Repite este ejercicio siempre que quieras hasta que sientas en tu pecho un gran poder que te aligera por dentro y te colma de paz y felicidad.
Te parecerá que acabas de llegar a tu cuerpo y que tienes que reaprender a caminar con él. Si te sientes así, ¡Bienvenido a la Tierra, herman@! Quiero que sepas que ahora cada movimiento y cada respiración consciente te regeneran. No me creas, siéntelo tú mism@. Siente tus dolores y transmútalos con tu nuevo poder. Respira, sopla, mueve tu cuerpo y recolócalo en la posición que más le guste. Siente como el dolor se diluye y desaparece a tu voluntad cuando estás en el presente. No me des las gracias, dátelas a ti mism@ que has decidido seguir tu rastro hasta encontrate. ¿Sientes ahora el poder del amor que todo lo mueve?